
Puede presentarse a cualquier edad y tiene diversas causas, desde lesiones deportivas hasta enfermedades crónicas como la artritis o infecciones. Aunque en muchos casos los tratamientos no invasivos, como la fisioterapia o el reposo, pueden ser suficientes, algunas personas podrían necesitar intervenciones quirúrgicas para mejorar su calidad de vida.
Signos y síntomas
Dependiendo de la causa subyacente, el dolor puede aparecer de distintas formas. Entre los síntomas más comunes se encuentran la hinchazón, rigidez, sensación de debilidad, cambios en la temperatura local, y dificultades para extender completamente la pierna. Si experimentas hinchazón severa, fiebre o dificultades para apoyar el peso del cuerpo en la rodilla, es crucial buscar atención médica de inmediato.
Posibles causas
Las lesiones en la rodilla pueden afectar diferentes estructuras, como ligamentos, meniscos y tendones. Entre las causas más frecuentes están los desgarros del ligamento cruzado anterior, que son comunes en deportes que requieren cambios rápidos de dirección, las fracturas óseas, y el desgarro del menisco, un cartílago clave para el movimiento articular. Otros problemas, como la bursitis o la tendinitis, también pueden causar molestias en personas activas.
En términos de enfermedades, la osteoartritis es el tipo más habitual de desgaste en las rodillas, especialmente en personas mayores. A su vez, la artritis reumatoide puede afectar cualquier articulación del cuerpo, incluida la rodilla, al ser una enfermedad autoinmune. Otras afecciones menos comunes, como la gota o la seudogota, pueden generar dolor intenso por la acumulación de cristales en la articulación.
Factores de riesgo Existen varios elementos que incrementan las probabilidades de tener problemas en las rodillas. El sobrepeso es uno de los principales, ya que añade tensión innecesaria a las articulaciones. Asimismo, la falta de fuerza en los músculos que rodean la rodilla, o la práctica de deportes de alto impacto, puede aumentar el riesgo de lesiones. Incluso una lesión anterior en la rodilla puede hacer que futuras lesiones sean más probables. Recomendaciones para evitar lesiones Mantener un peso adecuado y fortalecer los músculos que estabilizan la rodilla son dos acciones fundamentales para protegerla. También es importante realizar actividades físicas de manera segura, utilizando técnicas correctas. En personas con dolor persistente o lesiones previas, es recomendable optar por ejercicios de bajo impacto, como la natación, que ejercen menos presión en las articulaciones. Importante: este artículo fue creado con inteligencia artificial y es sólo una referencia para los visitantes de www.bioimagen.cl Por lo tanto, en ningún caso reemplaza las indicaciones de un médico u otro profesional de la salud.
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